Las Personas Defensoras de Derechos Humanos

Toda persona tiene derecho, individual o colectivamente, a promover y procurar la protección y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los planos nacional e internacional.

Artículo 1, Declaración de la ONU sobre las personas defensoras de derechos humanos, adoptada en 1998.

Las personas defensoras de derechos humanos están en la primera línea de la batalla por la libertad, los derechos humanos y el estado de derecho. Luchan incansablemente, y de forma no violenta, para contruir sociedades pacíficas en algunos de los países más peligrosos del mundo.

Las personas defensoras pueden abordar cualquier derecho humano, político, civil, económico, social o cultural. Pueden ser grupos o individuos organizados con el objetivo de proteger su entorno natural, o que trabajan para descubrir la verdad sobre las desapariciones forzadas. Pueden ser grupos de mujeres que apoyan a sobrevivientes de abuso doméstico y sexual, o comunidades indígenas que luchan por el reconocimiento de su derecho a la tierra y el territorio. Pueden ser abogados o abogadas que ofrecen asesoría legal a comunidades excluidas, o que representan a víctimas de la violencia de estado.

En países donde hay comunidades sometidas a conflictos violentos, intimidación o represión, las personas defensoras pueden ser agentes clave para la resistencia y el cambio, cuya labor tiene el potencial de producir el desarrollo de una sociedad civil democrática y, en última instancia, de la paz. Esto les pone a menudo en riesgo, les convierte en blanco de amenazas, secuestros, desaparición forzada o asesinatos, así como de otro tipo de ataques, incluidos la estigmatización pública, la difamación o procesos criminales por falsos cargos.

Globalmente, y en muchos de los países en los que trabajamos, los derechos humanos, el estado de derecho y la democracia están indefensos. Asimismo, las personas defensoras. Ellas enfrentan cada vez más hostigamientos, ataques e intimidaciones. Los derechos y las libertades fundamentales, como las de asociación y expresión, están restringidas. Muchas están encarceladas, desaparecidas, o incluso han sido asesinadas.

PBI existe para apoyar y proteger a estas valientes personas, quienes se levantan por los derechos y la dignidad de sus comunidades porque creen en la paz y en la justicia para todos y todas. Las voluntarias y los voluntarios internacionales de PBI brindan un apoyo visible y representan un foco de atención internacional que ayuda a evitar la violencia, permitiendo a las personas defensoras continuar con su legítima labor sin miedo.